Cuando alguien es pequeño las metas personales se ven como cercanas,
los niños no temen al fracaso y cuando les preguntas: “¿Qué quieres ser
de mayor?” nadie te dirá: “dependiente”, te dicen cosas como: “médico”,
“multimillonario”, “inventor” y eso es porque los niños tienen grandes
metas personales que quieren cumplir si o si, lo que ocurre es que
conforme las personas se hacen mayores pierden la ilusión por vivir de
verdad y empiezan a desilusionarse y preocuparse por estupideces.
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